Friday, May 24, 2013

LA VOZ DEL TEMPLO

Poema por el Rev. José V. Espada, Marrero

Rev. Jose V. Espada Marrero
(Poema leído por su autor en el servicio post - inaguraración de la
Primera Iglesia Bautista de Santurce, Puerto Rico, la noche del 18 de enero de 1939, y afectuosamente dedicado al Rdo. Angel Acevedo, pastor)

¡Y bien, aquí me ven! Aquí me han edificado
la inteligencia humana; aquí me han levantado
el celo del que ofrece a Dios su adoración--------
Mi arcilla se ha mezclado con la fe del creyente,
y he subido ante el mundo que me mira imponente
alzado sobre el hombro de un Atlas: la oración.

¡Y bien, aquí me ven! En realidad preciosa
se ha plasmado la idea de mente poderosa
que me vio en sueños nobles de anhelo espiritual ----
Soy el símbolo puro de la fe y la pujanza,
de la vida que lucha, que triunfa y no se cansa -------
Cristalización bella de elevado ideal!

Me han hecho todo hermoso ------ Santificada ofrenda
del corazón y da la mejor prenda
de gratitud a Dios por su amor y luz ------
Me han hecho todo hermoso ----- Soy derroche de arte,
y una voz soy callada que habla por toda parte
de estas paredes mias, del pulpito y la cruz.

Me ha erigido aquí, y convertido en signo
de célica esperanza y un objetivo digno
de una aventura grande que comanda el Señor;
por eso abro las naves de mi vientre fecundo
y recibo en mi seno los desechos del mundo
para que los transforme el Cristo Redentor.

Decís que soy el templo, y soy sólo la forma
material y visible de otro que se conforma
al modelo que el Padre nos quiso revelar;
y ese templo soy vos, la iglesia militante,
la que trabaja y ora, la que sigue triunfante
la iluminada senda, venciendo sin cesar.

No soy sino la casa, el hogar en que mora,
el refugio sagrado, el altar en que adora
esa Iglesia Cristiana que se congrega aquí-------
Ella agoniza y crece y expande su influencia,
mientras yo permanezco igual sin diferencia,
con mi Cruz a las almas señalando el turquí.

Pues, sí, soy el santuario que habéis edificado,
y mi gloria es que siempre sea glorificado
el Señor Jesucristo, y que el Predicador
de el mensaje a los hombres de la Palabra pura,
para que se arrepientan y busquen la ventura
que por su gracia brinda nuestro consolador.

Y mi gloria, sabedlo, es que preste el servicio
que el pueblo de mi espera, y que cumpla el oficio
de ofrecer a los pródigos agua de vida y pan,
comunión y consuelo, la luz del Cristianismo,
para que se liberten de todo fanatismo
y de la horrible noche en que sumidos van.

Vuestra atención prestadme sólo por un momento:
Si no he de ser la fuente de paz y de contento
para todos los seres presas de hondo sufrir,
apagad estas luces, condenad estas puertas,
y dejad estas naves vacías y desiertas,
y marchaos a otros lares a pecar y a gemir.

Mas si queréis hacerme faro para el escollo,
inspiración que arranca de la vida el meollo,
escuela de la Biblia y casa de oración,
seré entonces santuario para el bien dedicado,
y por los penitentes me veré frecuentado,
pues seré hermoso templo, mas que el de Salomón.
                                Rev. José V. Espada Marrero

En memoria de mi querido abuelo, Papillo.



     



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